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"Es una propuesta que pretende
revolucionar lúdicamente la escuela y la calle, los ámbitos de proyectación
de los imaginarios de la vida en sociedad y de la ciudad".
Espacio Lúdico y la visión futura de la sociedad
El espacio lúdico es en lo esencial; el ámbito de
la expresión, de la confrontación y de la producción cultural esto es,
artística, científica y política diversas formas de expresión de los
intereses y concepciones de la existencia tanto material como espiritual del
hombre. En la competencia de su exposición pública conformaría el magma desde
el cual se constituye el basamento de la sociedad y eventualmente de su
transformación en el campo de la libertad del pensamiento y de la
expresión. En la participación de todos y cada uno de sus habitantes en la
confrontación y aporte de aquellos pensamientos, propuestas y discusiones que
constituyen la esencia de lo que el pensamiento político contemporáneo ha
venido a consagrar como el ejercicio de la ciudadanía.
Hablar del espacio lúdico en la Ciudad como
temática dinamizadora de la cotidianidad del devenir de la ciudad y de quien
la habita en la cosertación de los caminos que se le pretenden trazar a
nuestros centros urbanos aumenta la cantidad y la intensidad de la
participación de los núcleos poblacionales quienes en la reflexión,
discusión y definición de los elementos que lo conforman expresan los
conceptos, ideas discursos, atributos, materialidades, ilusiones y utopías de
su vivir en el contexto que legitima el desarrollo de las diferentes
actitudes ciudadanas.
Simplificar el espacio lúdico en su alcance o
significado al trazado, diseño y construcción arquitectónica de sus calles y
parques o a la determinación y cuidado de su ocupación en la maximización
masiva de su uso, impide un abordaje conceptual de manera sistemática y seria
debido a la cantidad de elementos de todo tipo que involucra su tratamiento.
Frente al Espacio lúdico algunos teóricos de
manera incipiente se han abocado a encontrar su lugar y singularidad dentro
del contexto de sectores, atributos o componentes de las formulaciones de
perspectivas de ciudad. Unos pocos piensan que sobre su conceptualización,
difusión, cultura y construcción se puede dar las condiciones para refundar
la ciudad en el siglo XXI. Ellos se ven enfrentados a los más que
consideran un absurdo tal formulación dadas las distancias que con respecto
al ámbito de la rentabilidad económica presenta su misma esencia dada por el disfrute
y no en la productividad.
El ingreso global a la modernidad, los
desarrollos permanentes a didácticas lúdicas que nos permiten acercarnos a
procesos democráticos y la ampliación de las fronteras tecnológicas permiten
la configuración de una conciencia real sobre la sociedad y la necesidad de
su construcción y de la conformación de contextos políticos y culturales para
su perfeccionamiento.
Así como el acceso a la comprensión y al
discernimiento sobre la ciudad como centro lúdico pasan ineludiblemente por
el establecimiento y la asimilación colectiva de la cultura, la
construcción y el uso del espacio lúdico lo que implica necesariamente una
alfabetización espacial que nos permita refundar la ciudad apropiándola
en la asunción responsable y la generación seria de procesos y actitudes que
lleven a darle respuestas consecuentes a la sociedad
La ausencia de una percepción y de una
inteligencia sobre la dimensión del espacio lúdico físico material construido
y la tradicional ignorancia
social sobre el significado y trascendencia de la dimensión espacial lúdica
como condición determinante e ineludible de las condiciones de existencia
tanto en el orden individual como colectivo dan soporte y justifican las actitudes
sociales negativas sobre los espacios en que se habita.
La investigación contemporánea sobre la ciudad ha
llevado a que la espacialidad lúdica, en especial cuando tiene alguna
connotación cualitativa de las condiciones de vida, sea ignorada o
minimizada en su significación cultural y material por eso podemos
afirmar en un marco amplio de sensibilidad y conocimiento que la Bogotá
lúdica es una ciudad analfabeta en lo espacial y, como consecuencia,
se refleja en la construcción de su identidad histórico social, que aún hoy
en la contemporaneidad desespacializa el imaginario individual y colectivo de
la reivindicación social de la formulación de un proyecto lúdico artístico
sobre el mismo.
En el ámbito colectivo hemos construido ciudades
a las cuales no es que les falte espacio lúdico sino que han estado siendo
edificadas, ocupadas, reglamentadas y administradas sin que la concepción
del espacio lúdico como un espacio en el que la expresión, la creatividad, la
recreación y el ocio hagan parte de los presupuestos y componentes de la
identidad ciudadana
Por otro lado, a la mayoría de nuestros
ciudadanos les impide entender las relaciones y la significación del espacio
lúdico, dinamizado como continente de expresión y resultado de la
arquitectura, del urbanismo y del arte como albergue y propiciador del
símbolo que consolida la historia y la memoria para ser vivificados en la
recreación, la fiesta, el juego, o lo que es mejor en el encuentro, el
intercambio y la conversación.
El espacio lúdico hace parte de la misma situación
existencial: el espacio que es un continuum socio-histórico; cultural y
físico no puede ser revolucionado y enriquecido sin la activación y
dinamización de la imaginación y la creatividad de los hombres y las
mujeres en su encuentro colectivo y cotidiano quienes desde el ejercicio de
la lúdica y la recreación en el intercambio de pensamiento e imaginación en
el espacio lúdico regresarían a des-ordenar la casa y a redefinir el
futuro para que el individuo vuelva a salir a la calle, al bulevar, el paseo,
el parque la plaza a redimensionarlos y significarlos como los espacios donde
habitan los otros. Donde el conflicto generado por la puesta en escena
de los mismos en común puede ser dirimido de manera civilizada y humana, es
decir imaginativa y creativa.
La entidad espacial lúdica tiene que ser
asumida como un imaginario social y cultural, como un referente para el
devenir ciudadano. El espacio lúdico tiene que ser enseñado y aprendido, si
de verdad se busca que la ciudadanía pueda leer, y especialmente, escribir la
ciudad y, en ese mismo movimiento, producirse como un ciudadano nuevo.
La creación de esa cultura espacial lúdica urbana
debe proyectarse a largo plazo como una actividad continua en el tiempo
cronológico e histórico e implementarse con una pedagogía específica
desde una paideia que permee las conductas ciudadanas. Esto significa una
revolución educativa y cultural y su puesta en escena implica, entre otros
movimientos de cambio, la refundación de la ciudad, de las prácticas que la
construyen y transforman y la creación de una dinámica cultural y política
que revolucione todos los niveles de educación desde la recreación y sus
ámbitos de socialización: el discurso, tanto en su construcción como su
difusión en medios de comunicación, lo soportes metodológicos y el ejercicio
de la planeación urbana, más ampliamente, del hacer ciudad.
Es este escenario el que privilegia al Espacio
lúdico como el único atributo que puede servir de soporte a dicha refundación,
y que singulariza los procesos frente a los otros tipos de espacio para crear
vida ciudadana.
Por una caracterización del Espacio lúdico la
propuesta de una base fundacional de la nueva edificación comunitaria,
como la identificación de un elemento determinante representado en una forma
de existencia, entendido como sustento de la expresión autónoma de la
creatividad individual y colectiva.
El espacio lúdico como cualificador de la
existencia individual y colectiva, como entidad física, como continente y
determinante de la calidad de lo que se dice, de lo que se piensa, de lo que
se juega y de lo que se diverge en el ejercicio, uso y disfrute de la
ciudadanía
El espacio lúdico tiene presencia real y se juega
su eficacia, como partícipe y condicionante de los modos de existencia
instituidos en la urbe, más allá del entorno meramente físico además de las
funciones materiales y tangibles que tiene que cumplir en los escenarios
cotidianos da sustento al soporte físico del desarrollo de las actividades
que pretenden satisfacer las necesidades urbanas colectivas que trascienden
los límites de los intereses individuales y que constituyen el espacio lúdico
de la ciudad.
El Espacio lúdico configura el ámbito del
despliegue de la imaginación y la creatividad, el lugar de la fiesta donde se
recupera la comunicación con todos, del símbolo como posibilidad de
reconocernos a nosotros mismos, del juego en tanto que promueve el hacer
comunicativo, del monumento y de la efemérides de la religión. Acá radica la
complejidad de este atributo. De un lado soporta físicamente a la
materialización de la ciudad actual pero, del otro, la búsqueda consensuada
de una opción social que hay que construir para determinar el proyecto
de ciudad y de sociedad que una formación socio histórica para proponer hacia
el futuro.
Es pues el continente de la reproducción de la
sociedad en la cual se inscribe la ciudad, y al mismo tiempo, el de la
posibilidad de la propuesta nueva porque allí se instala físicamente y
en toda su capacidad la diferencia, la otredad, la diversidad, la
polifonía de las visiones del mundo.
La perspectiva de construir una nueva ciudad
lúdica desde un punto de vista comunitario que involucre las más variadas funciones
de la ciudad constituye el soporte primario del funcionamiento acrítico,
de la reproducción en si misma y su apropiación social.
El espacio lúdico es en donde de manera más
creativa se puede albergar la alteridad y generar imaginarios distintos de
reivindicación, de su ejercicio. La búsqueda de su construcción hace parte ya
de ese proceso imaginativo y emancipatorio respecto de la repetición de la
ciudad que hasta ahora se ha producido en Colombia.
Ese rompimiento es posible en el espacio lúdico
porque ese es el atributo más connotado de la ciudad donde, por su propio
funcionamiento, es factible el despliegue individual y colectivo de la
creatividad y de la imaginación. Es una posibilidad espacial en la que para
que se puedan generar y consolidar movimientos alteradores y transformaciones
radicales de la sociedad es preciso que se liberen las dinámicas psíquicas y
políticas de la imaginación, del pensar y de la creatividad ellas no pueden
generarse sino en el intercambio y crítica de las formulaciones imaginarias
que se propondían en el ejercicio de la comunicación y de la expresión.
Pensar es la ocupación de los ciudadanos que
quieren discutir en un espacio lúdico creado por este mismo movimiento tiene
pues esa proyección de grandeza que surge de la dinamización de la
imaginación que genera y propicia la construcción, ocupación y uso del mismo
espacio destinado para esos despliegues. En esta dirección, la asimilación
del espacio lúdico como parte concomitante de la ciudad colombiana futura,
cuestiona radicalmente el marco de construcción de la urbe y fundamentalmente
el de la proyectación urbana consciente o inconsciente. Pues esta perspectiva
habla de una paideia de largo plazo y de una reformulación de la sociedad
como conjunto.
La formulación temporal de modelos lúdicos de
ciudad en la sociedad constituye una innovación con sentido histórico
referente a la consideración espacial lúdica la mirada se arroja sobre la
urbe desde todos los sectores: sociales, políticos, económicos tanto desde
los dominantes como de los contestatarios. La no incorporación de la lúdica
en los discursos sobre la ciudad está marcados por una percepción negativa
de la misma.
La perspectiva positiva casi siempre está ligada
al folklore o a la tradición y al pasado para resaltar. Como el ambiente se
ha deteriorado y limitado considerar la ciudad verdadera casi exclusivamente,
desde el punto de vista de sus carencias e insuficiencias, de sus faltantes,
lo que ha llevado a naturalizar su intervención tomando encuenta sólo los
parámetros mínimos sociales, atendiendo únicamente a sus necesidades básicas.
La limitación de pensamiento que acabamos de
anotar se ha ido configurando en un sustrato infracultural que ha
acompañado nuestros desarrollos urbanos, por el cual se ha dejado siempre de
lado cualquier pretensión de gran escala, de proyección de largo aliento, de
significación de país y de calidad ciudadana en la intervención de nuestras
urbes, y que, extendido a todos los estratos sociales, funciona como un
obstáculo fundamental en la formulación de una planeación urbana moderna.
La formulación lúdica como un instrumento para la
formación de la nueva ciudad y de sus ciudadanos, debe contribuir a la
conformación de los actores sociales que al mismo tiempo y en el mismo
movimiento, lo vayan concibiendo y formulando a él como plan y a la ciudad
lúdica como el entorno en el cual la ciudadanía y su imaginario histórico
social, por el mismo proceso, se va configurando como norte del desarrollo
social.
De la complejidad urbana a la participación
ciudadana la nueva ciudad no se refiere únicamente al crecimiento y
transformación física de los actuales asentamientos humanos sino a la
consolidación de una forma de existencia que tanto en el orden interno como
en ámbito universal se ha venido prefigurando desde hace décadas, y que se ha
posicionado como problema trascendental contemporáneo.
La perspectiva moderna de planeación no puede
asumir la ciudad del futuro como el resultado pasivo de los desarrollos y
decisiones históricos limitados y condicionados por circunstancias de poder.
La humanidad hace descansar una enorme esperanza
en la edificación lúdica cualificada de las urbes, se espera que con
ellas se alcance un mundo más estable y equitativo, libre de injusticias y
conflictos, y se contribuya a la construcción de una paz amplia y duradera
superación que construirá su lógica en la tendencia al examen y a la
discusión - que se genera de manera natural como resultado de la confluencia
y encuentro permanentes de la abigarrada multitud de propuestas culturales,
sociales y espaciales en el interior de la ciudad y en la ampliación de
horizontes y de campos referenciales que ella dinamiza en su revolución el
mundo de lo aldeano y pueblerino a sus nuevas condiciones de libertad bajo
los parámetros de definición de la sociedad sustentable y equitativa.
El tratamiento de todas estas divergencias pasa
necesariamente por la conformación de un espacio lúdico de encuentro y de
negociación y la construcción de una cultura lúdica de su utilización y
respeto por parte de todos los estamentos de la sociedad. La instauración y
la extensión del espacio y del tiempo públicos para permitir, dinamizar y
potenciar la participación en el diseño del mundo urbano la planeación
buscaría fundamentar los contextos políticos culturales y los horizontes
socio-económicos, tanto como formular los procedimientos científicos y
tecnológicos y los entornos espacio ambientales, a la construcción de los
cuales se pretende convocar a los ciudadanos actuales que buscan conformar un
ámbito lúdico que permita dignificar la existencia individual y colectiva
tanto de ellos como de sus sucesores.
La configuración del plan es la conformación
sistematizada de un horizonte de ciudad lúdica al que, mediante la
dinamización de la participación y organización ciudadanas, se aboca la
sociedad como forma de superarse a sí misma como una manera de recrear y
ampliar las posibilidades de concretizar una forma de existencia que no sólo
le dé un nuevo sentido al desarrollo económico - ampliando su proyección y
significado a los ámbitos espirituales e intelectuales sino que detenga a un
desenvolvimiento que está poniendo en peligro las formas de existencia de la
humanidad y de la misma tierra, como lo dejan en claro el pensamiento y la
creatividad contemporáneos que ya no buscan configuraciones estables, sino la
creación de ámbitos susceptibles de acomodar procesos que no admitan
la cristalización física en formas definitivas.
En el espacio lúdico se dan la convivencia y la
exclusión como características protuberantes en el entorno enunciado la
necesidad actual de la producción de los actores urbanos de tal manera que
puedan asumir sus responsabilidades y potenciar su eficiencia económica,
política y cultural en la creación y consolidación de las formas de
existencia que asuma el liderazgo y la lúdica en la consolidación de la
cultura ciudadana mediante su legitimación
No ha sido su propósito entrar a definir un
cosmos físico, sino que pretende comprender algo más abstracto, pero también,
ojalá así sea, algo más emocionante, como es aquello que tiene que ver con el
uso e interiorización de los espacios y sus respectivas vivencias, por
parte de unos ciudadanos dentro de su intercomunicación social.
El ser urbano recreado y lúdico no puede
afirmarse que corresponde tan solo a una condición material de quienes
habitan la ciudad.
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