Al iniciarse el programa para la Exposición de la
Construcción celebrada en Berlín en 1930, Mies afirmó que “La vivienda de nuestro
tiempo aún no existe”[1] “… y que , “la transformación del modo de
vida exige su realización”.[2] Tal vez hoy Mies
tendría que volver a citarlas para nosotros atender su afirmación y reflexionar
sobre ella de manera activa y creativa, ya que muy poco se ha hecho desde la
institución de la arquitectura o desde la academia, para hacer tomar conciencia
de las diferentes maneras de vivir y convivir que hoy coexisten con aquella
tradicional de la familia nuclear, y que ya deberían haber afectado y
transformado profundamente la vivienda de departamento, que fue una respuesta a
la manera de vivir de inicios del siglo XX, y que en las década del 20 y 30
generaron el programa espacial del departamento moderno el cual parece ser el
único estándar funcional espacial hasta el presente.
Si en 1930 Mies percibía que los cambios en la
sociedad, y la aceleración e intensidad de ellos estaban transformando el modo
de vida, hoy, en que estos cambios se han multiplicado, y agregado como capas
geológicas, estratos que envejecen rápidamente dejando una huella efímera en
nuestra conciencia. La transformación del modo de vida debería estudiarse,
entenderse y resolverse desde la arquitectura y no serle ajena como lo es.
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