sábado, 27 de abril de 2013

Roger Caillois: "Los juegos y los hombres" 1967

La cultura humana sería impensable sin un componente lúdico

Tal es la presencia que el juego tiene en las actividades creativas, desde las cotidianas a las artísticas, que se escinden como algo aparte-diferente que se destaca del mundo habitual. No obstante, intentar una delimitación satisfactoria de tales actividades resulta arduo porque el concepto de juego es múltiple y está sujeto a las variables lingüísticas y culturales registradas a través de su historia. 
Pero siguiendo el rastro de la estética filosófica, desde su consolidación como disciplina autónoma en el siglo XVIII hasta la hermenéutica contemporánea, encontramos siete características determinantes del fenómeno lúdico: 
1.la libertad
2.la dualidad
3.un espacio y tiempo propios
4.el automovimiento
5.la "intencionalidad cero"
6. el azar y la doble productividad

Estos rasgos diferenciales se identifican también, en la literatura, en el "libro-juego", en tanto éste promueve la libertad creativa, la reconfiguración de la narrativa, del autor y del lector, el diseño de un "espacio-vértigo", la lectura extraviada, la mediación del azar y la necesidad y la interactividad.

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