La multitud era el velo tras el cual la ciudad íntima, como una fantasmagoría, hacía señas al flâneur. En ella, la ciudad era ora un paisaje, ora una habitación, y ambos entraron en declive con la construcción de los grandes almacenes, que aprovecharon la propia flânerie para vender su mercancía. El centro comercial asestó el golpe definitivo al flâneur. Con el flâneur, la intelligensia entró en el mercado. Según creyeron, para observarlo —pero en realidad, para hallar comprador. En esta etapa intermedia [...] adoptaron las maneras de la bohemia. A la incertidumbre de su situación económica se sumaría la incertidumbre de su papel político. (Walter Benjamin (1935), «París: la capital del siglo XIX», en Charles Baudelaire: un poeta lírico en la era del gran capitalismo))En el contexto de la arquitectura y el urbanismo actuales, el diseño para flâneurs es una forma de abordar cuestiones relacionadas con ciertos aspectos psicológicos del entorno de los edificios. El arquitecto Jon Jerde, por ejemplo, tuvo presente este enfoque en el diseño de sus proyectos del Horton Plaza y del Universal CityWalk, planeados con la idea de ofrecer sorpresas, distracciones y otra serie de experiencias a los visitantes.
jueves, 11 de octubre de 2012
Flaneur o "espectador urbano"
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