sábado, 10 de noviembre de 2012

Iluminación en la arquitectura interior





Las luminarias sirven para repartir, filtrar o transformar la luz de las lámparas, comprendiendo todas las piezas necesarias para fijar y proteger dichas lámparas y unirlas al circuito de alimentación.
La concepción de una luminaria deberá considerarse atentamente para que tenga un acabado conveniente y duradero, sea fácil de instalar y utilizar, permitiendo además realizar un mantenimiento de manera regular, cómoda y sin riesgos.
Los requisitos más importantes que han de poseer las luminarias son:
  • Han de estar provistas de un dispositivo de protección que evite el deslumbramiento (utilizando para ello pantallas opacas y paraluces que eviten los rayos luminosos próximos a la horizontal).
  • Han de distribuir la luz al techo y sobre la parte superior de los muros; de tal manera que, combinada con la luz directa, se produzca una luz difundida que no cree sombras abruptas y contrastes excesivos.
Para la instalación de las luminarias hay dos posibles alternativas a tener en cuenta: la distribución espacial del flujo luminoso y los lugares de instalación de las luminarias.
Distribución espacial del flujo luminoso
En este caso la elección de la luminaria puede dar lugar a diferentes tipos de iluminación:
  • Iluminación directa.
  • Iluminación semi-directa.
  • Iluminación con repartición uniforme.
  • Iluminación indirecta.
  • Iluminación semi-indirecta.
La iluminación directa es la indicada para aprovechar toda la energía del haz luminoso, pero puede crear deslumbramientos y sombras molestas en el techo.
La difusión de luz mediante los modos de distribución indirecta, ha de contar con techos y paredes mates (no reflectantes). El rendimiento es menor en estos sistemas pero la iluminación es más uniforme y proporciona mayor bienestar visual.
Lugar de instalación de las luminarias
Según este criterio pueden darse tres posibilidades principales:
  • Iluminación general uniforme. En ella las luminarias están repartidas regularmente por todo el local, sin tener en cuenta los emplazamientos de los diferentes puestos de trabajo. Este tipo de iluminación es interesante en locales grandes donde los puestos de trabajo no son fijos (talleres, fundiciones, etc). Esta distribución ha de tener presente sistemas de protección que eviten los deslumbramientos y debe intentar distribuir parte de la luz al techo y a las paredes. Han de estar colocadas lo más altas posible.
  • Iluminación general con iluminación localizada de apoyo. Al caso anterior se le han añadido focos luminosos cerca del plano de trabajo de manera que se refuerza la iluminación general. Los focos localizados han de estar protegidos para que la luz no incida directamente en el trabajador y para que no incida en puestos de trabajo cercanos. Este tipo de iluminación se recomienda en puestos donde se requiera una gran exigencia visual o hayan obstáculos que obstruyan determinadas zonas.
  • Iluminación general localizada. En este sistema la iluminación se distribuye de forma regular como en el primer caso pero orientada hacia los puestos de trabajo concretos. Este sistema es útil para los locales de trabajo en los que los diferentes puestos y máquinas, para los que hay que prever un alto nivel de iluminación, están distribuidos de forma irregular. Este sistema ha de procurar no crear zonas de sombra o mal iluminadas.

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