lunes, 8 de abril de 2013

Espacios públicos deportivos y lúdicos

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 www.culturarecreacionydeporte.gov.co

 "Es una propuesta que pretende revolucionar lúdicamente la escuela y la calle, los ámbitos de proyectación de los imaginarios de la vida en sociedad y de la ciudad".
Espacio Lúdico y la visión futura de la sociedad
El espacio lúdico es en lo esencial; el ámbito de la expresión, de la confrontación y de la producción cultural esto es, artística, científica y política diversas formas de expresión de los intereses y concepciones de la existencia tanto material como espiritual del hombre. En la competencia de su exposición pública conformaría el magma desde el cual se constituye el basamento de la sociedad y eventualmente de su transformación en el campo de la libertad del pensamiento y de la expresión. En la participación de todos y cada uno de sus habitantes en la confrontación y aporte de aquellos pensamientos, propuestas y discusiones que constituyen la esencia de lo que el pensamiento político contemporáneo ha venido a consagrar como el ejercicio de la ciudadanía.
Hablar del espacio lúdico en la Ciudad como temática dinamizadora de la cotidianidad del devenir de la ciudad y de quien la habita en la cosertación de los caminos que se le pretenden trazar a nuestros centros urbanos aumenta la cantidad y la intensidad de la participación de los núcleos poblacionales quienes en la reflexión, discusión y definición de los elementos que lo conforman expresan los conceptos, ideas discursos, atributos, materialidades, ilusiones y utopías de su vivir en el contexto que legitima el desarrollo de las diferentes actitudes ciudadanas.
Simplificar el espacio lúdico en su alcance o significado al trazado, diseño y construcción arquitectónica de sus calles y parques o a la determinación y cuidado de su ocupación en la maximización masiva de su uso, impide un abordaje conceptual de manera sistemática y seria debido a la cantidad de elementos de todo tipo que involucra su tratamiento.
Frente al Espacio lúdico algunos teóricos de manera incipiente se han abocado a encontrar su lugar y singularidad dentro del contexto de sectores, atributos o componentes de las formulaciones de perspectivas de ciudad. Unos pocos piensan que sobre su conceptualización, difusión, cultura y construcción se puede dar las condiciones para refundar la ciudad en el siglo XXI. Ellos se ven enfrentados a los más que consideran un absurdo tal formulación dadas las distancias que con respecto al ámbito de la rentabilidad económica presenta su misma esencia dada por el disfrute y no en la productividad.
El ingreso global a la modernidad, los desarrollos permanentes a didácticas lúdicas que nos permiten acercarnos a procesos democráticos y la ampliación de las fronteras tecnológicas permiten la configuración de una conciencia real sobre la sociedad y la necesidad de su construcción y de la conformación de contextos políticos y culturales para su perfeccionamiento.
Así como el acceso a la comprensión y al discernimiento sobre la ciudad como centro lúdico pasan ineludiblemente por el establecimiento y la asimilación colectiva de la cultura, la construcción y el uso del espacio lúdico lo que implica necesariamente una alfabetización espacial que nos permita refundar la ciudad apropiándola en la asunción responsable y la generación seria de procesos y actitudes que lleven a darle respuestas consecuentes a la sociedad
La ausencia de una percepción y de una inteligencia sobre la dimensión del espacio lúdico físico material construido y la tradicional ignorancia social sobre el significado y trascendencia de la dimensión espacial lúdica como condición determinante e ineludible de las condiciones de existencia tanto en el orden individual como colectivo dan soporte y justifican las actitudes sociales negativas sobre los espacios en que se habita.
La investigación contemporánea sobre la ciudad ha llevado a que la espacialidad lúdica, en especial cuando tiene alguna connotación cualitativa de las condiciones de vida, sea ignorada o minimizada en su significación cultural y material por eso podemos afirmar en un marco amplio de sensibilidad y conocimiento que la Bogotá lúdica es una ciudad analfabeta en lo espacial y, como consecuencia, se refleja en la construcción de su identidad histórico social, que aún hoy en la contemporaneidad desespacializa el imaginario individual y colectivo de la reivindicación social de la formulación de un proyecto lúdico artístico sobre el mismo.
En el ámbito colectivo hemos construido ciudades a las cuales no es que les falte espacio lúdico sino que han estado siendo edificadas, ocupadas, reglamentadas y administradas sin que la concepción del espacio lúdico como un espacio en el que la expresión, la creatividad, la recreación y el ocio hagan parte de los presupuestos y componentes de la identidad ciudadana
Por otro lado, a la mayoría de nuestros ciudadanos les impide entender las relaciones y la significación del espacio lúdico, dinamizado como continente de expresión y resultado de la arquitectura, del urbanismo y del arte como albergue y propiciador del símbolo que consolida la historia y la memoria para ser vivificados en la recreación, la fiesta, el juego, o lo que es mejor en el encuentro, el intercambio y la conversación.
El espacio lúdico hace parte de la misma situación existencial: el espacio que es un continuum socio-histórico; cultural y físico no puede ser revolucionado y enriquecido sin la activación y dinamización de la imaginación y la creatividad de los hombres y las mujeres en su encuentro colectivo y cotidiano quienes desde el ejercicio de la lúdica y la recreación en el intercambio de pensamiento e imaginación en el espacio lúdico regresarían a des-ordenar la casa y a redefinir el futuro para que el individuo vuelva a salir a la calle, al bulevar, el paseo, el parque la plaza a redimensionarlos y significarlos como los espacios donde habitan los otros. Donde el conflicto generado por la puesta en escena de los mismos en común puede ser dirimido de manera civilizada y humana, es decir imaginativa y creativa.
La entidad espacial lúdica tiene que ser asumida como un imaginario social y cultural, como un referente para el devenir ciudadano. El espacio lúdico tiene que ser enseñado y aprendido, si de verdad se busca que la ciudadanía pueda leer, y especialmente, escribir la ciudad y, en ese mismo movimiento, producirse como un ciudadano nuevo.
La creación de esa cultura espacial lúdica urbana debe proyectarse a largo plazo como una actividad continua en el tiempo cronológico e histórico e implementarse con una pedagogía específica desde una paideia que permee las conductas ciudadanas. Esto significa una revolución educativa y cultural y su puesta en escena implica, entre otros movimientos de cambio, la refundación de la ciudad, de las prácticas que la construyen y transforman y la creación de una dinámica cultural y política que revolucione todos los niveles de educación desde la recreación y sus ámbitos de socialización: el discurso, tanto en su construcción como su difusión en medios de comunicación, lo soportes metodológicos y el ejercicio de la planeación urbana, más ampliamente, del hacer ciudad.
Es este escenario el que privilegia al Espacio lúdico como el único atributo que puede servir de soporte a dicha refundación, y que singulariza los procesos frente a los otros tipos de espacio para crear vida ciudadana.
Por una caracterización del Espacio lúdico la propuesta de una base fundacional de la nueva edificación comunitaria, como la identificación de un elemento determinante representado en una forma de existencia, entendido como sustento de la expresión autónoma de la creatividad individual y colectiva.
El espacio lúdico como cualificador de la existencia individual y colectiva, como entidad física, como continente y determinante de la calidad de lo que se dice, de lo que se piensa, de lo que se juega y de lo que se diverge en el ejercicio, uso y disfrute de la ciudadanía
El espacio lúdico tiene presencia real y se juega su eficacia, como partícipe y condicionante de los modos de existencia instituidos en la urbe, más allá del entorno meramente físico además de las funciones materiales y tangibles que tiene que cumplir en los escenarios cotidianos da sustento al soporte físico del desarrollo de las actividades que pretenden satisfacer las necesidades urbanas colectivas que trascienden los límites de los intereses individuales y que constituyen el espacio lúdico de la ciudad.
El Espacio lúdico configura el ámbito del despliegue de la imaginación y la creatividad, el lugar de la fiesta donde se recupera la comunicación con todos, del símbolo como posibilidad de reconocernos a nosotros mismos, del juego en tanto que promueve el hacer comunicativo, del monumento y de la efemérides de la religión. Acá radica la complejidad de este atributo. De un lado soporta físicamente a la materialización de la ciudad actual pero, del otro, la búsqueda consensuada de una opción social que hay que construir para determinar el proyecto de ciudad y de sociedad que una formación socio histórica para proponer hacia el futuro.
Es pues el continente de la reproducción de la sociedad en la cual se inscribe la ciudad, y al mismo tiempo, el de la posibilidad de la propuesta nueva porque allí se instala físicamente y en toda su capacidad la diferencia, la otredad, la diversidad, la polifonía de las visiones del mundo.
La perspectiva de construir una nueva ciudad lúdica desde un punto de vista comunitario que involucre las más variadas funciones de la ciudad constituye el soporte primario del funcionamiento acrítico, de la reproducción en si misma y su apropiación social.
El espacio lúdico es en donde de manera más creativa se puede albergar la alteridad y generar imaginarios distintos de reivindicación, de su ejercicio. La búsqueda de su construcción hace parte ya de ese proceso imaginativo y emancipatorio respecto de la repetición de la ciudad que hasta ahora se ha producido en Colombia.
Ese rompimiento es posible en el espacio lúdico porque ese es el atributo más connotado de la ciudad donde, por su propio funcionamiento, es factible el despliegue individual y colectivo de la creatividad y de la imaginación. Es una posibilidad espacial en la que para que se puedan generar y consolidar movimientos alteradores y transformaciones radicales de la sociedad es preciso que se liberen las dinámicas psíquicas y políticas de la imaginación, del pensar y de la creatividad ellas no pueden generarse sino en el intercambio y crítica de las formulaciones imaginarias que se propondían en el ejercicio de la comunicación y de la expresión.
Pensar es la ocupación de los ciudadanos que quieren discutir en un espacio lúdico creado por este mismo movimiento tiene pues esa proyección de grandeza que surge de la dinamización de la imaginación que genera y propicia la construcción, ocupación y uso del mismo espacio destinado para esos despliegues. En esta dirección, la asimilación del espacio lúdico como parte concomitante de la ciudad colombiana futura, cuestiona radicalmente el marco de construcción de la urbe y fundamentalmente el de la proyectación urbana consciente o inconsciente. Pues esta perspectiva habla de una paideia de largo plazo y de una reformulación de la sociedad como conjunto.
La formulación temporal de modelos lúdicos de ciudad en la sociedad constituye una innovación con sentido histórico referente a la consideración espacial lúdica la mirada se arroja sobre la urbe desde todos los sectores: sociales, políticos, económicos tanto desde los dominantes como de los contestatarios. La no incorporación de la lúdica en los discursos sobre la ciudad está marcados por una percepción negativa de la misma.
La perspectiva positiva casi siempre está ligada al folklore o a la tradición y al pasado para resaltar. Como el ambiente se ha deteriorado y limitado considerar la ciudad verdadera casi exclusivamente, desde el punto de vista de sus carencias e insuficiencias, de sus faltantes, lo que ha llevado a naturalizar su intervención tomando encuenta sólo los parámetros mínimos sociales, atendiendo únicamente a sus necesidades básicas.
La limitación de pensamiento que acabamos de anotar se ha ido configurando en un sustrato infracultural que ha acompañado nuestros desarrollos urbanos, por el cual se ha dejado siempre de lado cualquier pretensión de gran escala, de proyección de largo aliento, de significación de país y de calidad ciudadana en la intervención de nuestras urbes, y que, extendido a todos los estratos sociales, funciona como un obstáculo fundamental en la formulación de una planeación urbana moderna.
La formulación lúdica como un instrumento para la formación de la nueva ciudad y de sus ciudadanos, debe contribuir a la conformación de los actores sociales que al mismo tiempo y en el mismo movimiento, lo vayan concibiendo y formulando a él como plan y a la ciudad lúdica como el entorno en el cual la ciudadanía y su imaginario histórico social, por el mismo proceso, se va configurando como norte del desarrollo social.
De la complejidad urbana a la participación ciudadana la nueva ciudad no se refiere únicamente al crecimiento y transformación física de los actuales asentamientos humanos sino a la consolidación de una forma de existencia que tanto en el orden interno como en ámbito universal se ha venido prefigurando desde hace décadas, y que se ha posicionado como problema trascendental contemporáneo.
La perspectiva moderna de planeación no puede asumir la ciudad del futuro como el resultado pasivo de los desarrollos y decisiones históricos limitados y condicionados por circunstancias de poder.
La humanidad hace descansar una enorme esperanza en la edificación lúdica cualificada de las urbes, se espera que con ellas se alcance un mundo más estable y equitativo, libre de injusticias y conflictos, y se contribuya a la construcción de una paz amplia y duradera superación que construirá su lógica en la tendencia al examen y a la discusión - que se genera de manera natural como resultado de la confluencia y encuentro permanentes de la abigarrada multitud de propuestas culturales, sociales y espaciales en el interior de la ciudad y en la ampliación de horizontes y de campos referenciales que ella dinamiza en su revolución el mundo de lo aldeano y pueblerino a sus nuevas condiciones de libertad bajo los parámetros de definición de la sociedad sustentable y equitativa.
El tratamiento de todas estas divergencias pasa necesariamente por la conformación de un espacio lúdico de encuentro y de negociación y la construcción de una cultura lúdica de su utilización y respeto por parte de todos los estamentos de la sociedad. La instauración y la extensión del espacio y del tiempo públicos para permitir, dinamizar y potenciar la participación en el diseño del mundo urbano la planeación buscaría fundamentar los contextos políticos culturales y los horizontes socio-económicos, tanto como formular los procedimientos científicos y tecnológicos y los entornos espacio ambientales, a la construcción de los cuales se pretende convocar a los ciudadanos actuales que buscan conformar un ámbito lúdico que permita dignificar la existencia individual y colectiva tanto de ellos como de sus sucesores.
La configuración del plan es la conformación sistematizada de un horizonte de ciudad lúdica al que, mediante la dinamización de la participación y organización ciudadanas, se aboca la sociedad como forma de superarse a sí misma como una manera de recrear y ampliar las posibilidades de concretizar una forma de existencia que no sólo le dé un nuevo sentido al desarrollo económico - ampliando su proyección y significado a los ámbitos espirituales e intelectuales sino que detenga a un desenvolvimiento que está poniendo en peligro las formas de existencia de la humanidad y de la misma tierra, como lo dejan en claro el pensamiento y la creatividad contemporáneos que ya no buscan configuraciones estables, sino la creación de ámbitos susceptibles de acomodar procesos que no admitan la cristalización física en formas definitivas.
En el espacio lúdico se dan la convivencia y la exclusión como características protuberantes en el entorno enunciado la necesidad actual de la producción de los actores urbanos de tal manera que puedan asumir sus responsabilidades y potenciar su eficiencia económica, política y cultural en la creación y consolidación de las formas de existencia que asuma el liderazgo y la lúdica en la consolidación de la cultura ciudadana mediante su legitimación
No ha sido su propósito entrar a definir un cosmos físico, sino que pretende comprender algo más abstracto, pero también, ojalá así sea, algo más emocionante, como es aquello que tiene que ver con el uso e interiorización de los espacios y sus respectivas vivencias, por parte de unos ciudadanos dentro de su intercomunicación social.
El ser urbano recreado y lúdico no puede afirmarse que corresponde tan solo a una condición material de quienes habitan la ciudad.

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