El reto consistió en el diseño de una estructura vertical en la isla de Cotunduba que serviría como torre observatoria y se convertiría en un símbolo de bienvenida para todas las personas que llegaran por aire y mar a la ciudad de Río de Janeiro, que será la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
Con el nombre de “Solar City Tower” (“Torre de la Ciudad Solar”), esta construcción fue diseñada en Zurich, Suiza, por el estudio de diseño y arquitectura RAFAA, con el fin de presentarla en un concurso. Seguramente la torre nunca será construida, como así lo expresó recientemente el director del estudio, Rafael Schmidt:
“Déjeme aclararle el estado del proyecto. La “Torre de la Ciudad Solar” fue una propuesta para una competición en 2009. Como ha adquirido una extraordinaria atención en los medios de comunicación durante los últimos meses, decidimos contactar con el presidente de Río 2016 de nuevo. Todavía no disponemos ninguna confirmación por parte de las autoridades locales y no sabemos si el proyecto podrá ser alguna vez factible. De momento el diseño está en un estadio primario y nos enfrentamos a numerosos problemas técnicos. Aunque hemos realizado investigaciones en este campo, se requiere un gran coste y consumo de energía para la construcción de la estructura, por lo que no es viable de momento.”
Una de sus características sería producir energía suficiente para abastecer la villa olímpica y parte de la ciudad de Río de Janeiro. Esto convertiría al proyecto olímpico en el primero libre de emisión de Co2 a la atmósfera y de desarrollo sostenible según la Cumbre de la Tierra de la ONU en 1992, que igualmente se celebró en Río de Janeiro.
Esto es posible debido a los paneles que posee a nivel del suelo, los cuales aprovechan la energía solar. La energía sobrante producida se canalizaría a la bomba de agua de mar que hay dentro de la torre, que generaría la cascada artificial de agua. Esta se reutilizaría de manera simultanea gracias a las turbinas para generar energía durante la noche.
En esta construcción se podrá disfrutar de cafeterías, tiendas, un anfiteatro y un auditorio en la planta baja. Un ascensor público trasladará a los visitantes a distintos observatorios y a un soporte retráctil en el que practicar puenting.
En la parte superior se podrá gozar de todo el paisaje y vistas que rodean la isla. En esta zona también será donde nacerá el agua de la cascada artificial.
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